PRESENTACIÓN

A principios de los años setenta un grupo de feministas marxistas “autónomas” en Italia lanzó la campaña “Salario para el trabajo doméstico”. El grupo original estaba encabezado por Leopoldina Fortunati y Mariarosa Dalla Costa; poco después, sus compañeras de Canadá, Inglaterra y Nueva York -incluidas Silvia Federici, Selma James, Margaret Prescod y Nicole Cox- les ayudaron a coordinar las secciones de la red que culminaron en el “Comité Internacional de Salario para el Trabajo Doméstico”. Su principal tarea era organizar una huelga internacional de mujeres. Fueron las primeras en señalar la importancia de la reproducción de la fuerza de trabajo, en el régimen capitalista y patriarcal, y con ello de reconocimiento y la remuneración del trabajo doméstico invisibilizado en estructuras sociales como la familia y la comunidad.

Bajo el lema: “Ellos lo llaman amor. Nosotras lo llamamos trabajo sin sueldo”, trataron de explicar, entre otras muchas cosas, los mecanismos por los cuales los trabajos reproductivos se pagaban mal, cuando se pagan, a quien “vende” esas cosas que “no deberían estar en venta”. Las imposiciones de género de cuidar “por amor y no por dinero” eclipsaban, entre otras cosas, los aspectos más rutinarios, repetitivos, invisibles y limitantes y energívoros que implica ocuparse de cualquier tipo de casa, como la esencialidad de estos trabajos para el capitalismo.

Así, la Campaña por el Salario para el Trabajo Doméstico, no era para el trabajo doméstico en absoluto. Al contrario, estas trabajadoras estaban en contra del trabajo doméstico, en contra de  los salarios y en realidad, en contra del trabajo capitalista. Estaban muy lejos de la actual y creciente demanda de cuidados de “valorar” el trabajo de cuidados y otorgar dignidad al trabajo doméstico. Su propuesta, según afirma Sophie Lewis, era, en último término, la abolición de la familia.

A propósito de la visita a Madrid el próximo otoño de Leopoldina Fortunati, una de las figuras más destacadas de la “Campaña por el Salario para el Trabajo Doméstico”, os proponemos este curso que busca  relacionar las actuales discusiones sobre la reproducción social y de clase, los cuidados y el feminismo con los saberes y las prácticas desarrollados por estas iniciativas a modo de inspiración y crítica del tiempo presente. Un tiempo donde se hace cada vez más pertinente el compromiso colectivo por el sostenimiento de la vida humana y no humana.

METODOLOGÍA

El curso consta de seis sesiones. Una primera sesión de presentación del curso, los principales contenidos y objetivos, así como de las personas participantes y sus intereses. Las siguientes sesiones están agrupadas en dos bloques. Un primer bloque que busca profundizar sobre los principales análisis que ha puesto el feminismo marxista para comprender el funcionamiento sobre el sistema capitalista. En el trataremos cuestiones imprescindibles para la economía feminista como la acumulación originaria, el patriarcado del salario, la división sexual del trabajo entre producción y reproducción, el papel de la familia, la reproducción social y los cuidados. En el segundo bloque trataremos de aproximarnos al contexto español a través de la memoria de las luchas por la reproducción de la vida. Para cerrar el curso con una sesión de debate sobre la necesidad de construir una agenda feminista capaz de dar respuesta a las demandas materiales y de clase para el sostén de la vida de todas las personas.