"Si no puedo dibujar...no es mi revolución". Exposición de ilustraciones de Enrique Flores.

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Organiza: 
Enrique Flores
Traficantes de Sueños
24/06/2013 - 10:35
Exposición

Traficantes de Sueños

Flores para Enrique

Enrique Flores son dos, o quizá tantos como insinúa el plural de su apellido. Hay uno que viaja con poco equipaje y un cuaderno bajo el brazo y que considera que cualquier lugar del mundo, humilde o monumental, sofisticado o salvaje, es digno de ser retratado. Es el dibujante que con acuarelas o lápices garabatea, dibuja y pinta del natural, como si existiera una conexión directa entre lo que ve y la mano que retrata, una mano guiada siempre por un estilo personalísimo, lleno de lo que él mismo es, una persona sencilla, en el más noble sentido de la palabra, que ama su oficio y se esconde detrás de él, una actitud que confiere una especie de pureza en su mirada, siempre compasiva hacia los seres humanos, sobre todo, hacia los más humildes.

Hay otro Flores dentro de los muchos que trabajan para Enrique, es aquel que se mete en un cuarto y adopta una actitud menos espontánea, más reflexiva o,si él me permite la palabra, más intelectual. Es el dibujante que se sitúa,no ante a un paisaje ni ante esos individuos diletantes y callejeros que a él tanto le gusta retratar, sino frente a un texto que en tres días, a veces menos, habrá de publicarse en el periódico.

Ese es el dibujante que crea con un pie forzado y con una hora límite, pero que a su vez entiende que lo primero que verá el lector será la imagen con la que él ilustre la pieza y que, aunque el consumidor de periódicos siempre anda un poco distraído, percibirá de manera insconciente el chispazo de la imagen, que le ha de servir de reclamo para sumergirse en el texto. Enrique sabe que, en este caso, ha de ser humilde pero contundente, respetuoso con el texto pero creativo, acorde con lo que opina el autor pero sin renunciar a la posibilidad de añadir, sutilmente, otro punto de vista. Flores, el dibujante de periódicos, cumple con su oficio. Sus dibujos saltan a la vista.

Yo podía recordar casi todos los que aquí se ofrecen, en algunos casos, no diré en cuáles, me interesaron más que los textos. Tienen fuerza, opinión e ingenio, algo, esto último, que suele despreciarse en el arte con mayúsculas pero que en la prensa es un elemento esencial, tanto para dibujantes como para columnistas. El dibujante del natural no puede permanecer ajeno a la vida que fluye ante sus ojos, el dibujante de periódicos no puede ignorar la interpretación intelectual que los escritores hacen de lo que está pasando. Nuestro hombre tiene esas dos miradas. Pero hay más Flores, el que ilustra textos literarios, que se adapta a la particular musicalidad de cada prosa. En todos ellos, hay un gran amor por su oficio, un disfrute que se palpa, un amor propio.

A mí me encanta charlar con el individuo, Enrique, que contiene a todos esos hombrecillos que, hacendosos e incansables, trabajan para él;en su conversación siempre hay mil dudas y casi ninguna certeza. No se para a pensar en el don que le permite ser un dibujante tan valioso, al contrario, reflexiona en voz alta sobre su oficio y sobre esa tendencia a lo acomodaticio que nos persigue a todos los que nos dedicamos a una actividad creativa. Quiere andar ligero, más ligero aún, para que no le cueste dejar lo que tiene y largarse a cualquier lugar del mundo donde, gracias a no ser nadie más que un ser humano, pueda reinventar su oficio como si empezara de nuevo, como un niño ante un papel en blanco.

Elvira lindo

 

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