CIUDADES, NACIONES, REGIONES

LOS ESPACIOS INSTITUCIONALES DE LA MODERNIDAD
Imagen de cubierta: CIUDADES, NACIONES, REGIONES
Precio: 18,00€
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Editorial: 
Coleccion del libro: 
Idioma: 
Castellano
Número de páginas: 
431
Dimensiones: 210 mm × 135 mm × 0 mm
Fecha de publicación: 
Materia: 
ISBN: 
978-968-16-6996-6

'Ciudades, naciones, regiones' diseña una ruta entre los tres episodios centrales de la modernidad. La ciudad mercantil de la baja Edad Media, el Estado nacional, pasión dominante de los últimos dos siglos, y la región plurinacional, que parece anunciar un tercero, nuevo y decisivo sujeto político global. Recorriendo estos tres momentos, el autor describe economías, instituciones, conflictos, sin teorías que pretendan explicar tanto la revuelta de los 'ciompi' en la Florencia del siglo XIV como el derrumbe del sistema áureo en el periodo de entreguerras. Se traza aquí un recorrido que se fue haciendo a sí mismo en medio de innovaciones tecnológicas, retrasos y adelantos culturales, resistencias, adaptaciones, mestizajes imprevistos... Buscar el motor primero de la modernidad sería, según esto, un contrasentido. Y, sin embargo, en estas páginas, una línea tenue parecería asomarse entre las convulsiones de un milenio que va de la Siena del año mil a la Unión Europea de comienzos del tercer milenio. Llamémoslo impulso exogámico. La tendencia (a veces negada y a veces enarbolada) a la construcción de identidades cada vez más amplias; el ensanchamiento de los sentidos de pertenencia. En opinion del autor eso es el actual proceso de regionalización: nuestro contemporáneo impulso -y reto- exogámico.

AUTOR/A

PIPITONE, UGO

En esta página de Internet ya hay muchas palabras para que tengamos que añadir aquí otras tantas. Soy un economista (Universidad de Roma, 1972) dedicado a temas de desarrollo desde el punto de vista histórico. Trabajo en el CIDE, laico convento que tuvo a bien darme hospitalidad hace 18 años. Antes había trabajado en la UNAM y en otras universidades de la ciudad y la provincia. Más antes, en Perú (ESAN) y en Santiago de Chile (Escolatina), donde llegué a los 27, en 1973, recién desembarcado de Italia. Era julio, dos meses antes del golpe. El ex director de Escolatina, un nicaragüense que había encontrado refugio en México, me invitó a trabajar en la UNAM. Llegué en 1974 y me quedé.<BR><BR>De vez en cuando encuentro a alguien que me pregunta, después de saber que vivo en México desde hace décadas: entonces le gustó, ¿verdad? El amable interlocutor espera en ese punto un despliegue de orgullo nacionalista adquirido que, sin embargo, nunca puede salir de mis labios. Amo Italia (pero no sé con precisión que quiera decir eso) y nunca fue un amor sin desamores. Y lo mismo vale para México. Un país es siempre una razón de orgullos y de vergüenzas. ¿Cómo contestar algo aceptable al amable interlocutor que espera una respuesta rápida y reconfortante y no los vericuetos de las dudas y de las identidades múltiples? En fin, las hibridaciones culturales son asuntos complicados y las relaciones públicas también.<BR><BR>Publiqué durante diecisiete años una columna semanal en un periódico de la ciudad de México que, en algún momento se volvió una Pravda mexica haciéndome imposible seguir escribiendo en él. He escrito una docena de libros y si -como se dice- Dios me presta vida, cabe la posibilidad de que, por centímetros de longitud, llegue a alcanzar la Obra Completa de Kim Il Sung, que se encuentra, regularmente invendida, en las librerías de segunda mano de Donceles. Y honestamente no se me ocurre nada más indigesto. Espero que mi "obra" lo sea un poco menos. Pero eso no me toca a mí juzgarlo. <BR><BR>http://investigadores.cide.edu/ugo.pipitone/cv.htm