?La verdad es que escribir es el placer profundo, y el que te lean, solo superficial? confiesa Virginia Woolf en la primavera de 1925, año en el que arrancan las páginas de este diario. Resume esta frase a la perfección la lucha de una escritora que conoce o intuye la fuerza que hay en su interior con la ansiedad e inquietud que le generaba la recepción de sus libros. 1925 es el año en el que publica La Sra. Dalloway y con él comienza a crecer su reputación, lo que ella llamaba su ?fama'. El reconocimiento impulsó su creatividad y le permitió sentirse más libre para escribir obedeciendo a su intuición. Apenas podía reprimir su impaciencia por empezar a escribir To the Lighthouse, que llevaba muchos meses bullendo en su cabeza. La fama también trajo consigo una mayor demanda de sus libros, de sus opiniones y de su compañía, por lo que mantener el equilibrio entre los placeres y recompensas de la vida social y los de la soledad se convirtió en una tarea cada vez más difícil. Aunque para nosotros, lectores, la vida cotidiana, gracias a la pluma de Virgina, llena estas páginas de belleza y las convierte en una delicia.
AUTOR/A
WOOLF, VIRGINIA
Virginia Woolf nació en Londres el 25 de enero de 1882 y murió el 28 de marzo de 1941, ahogada en el río Ouse. Al morir su padre, el conocido hombre de letras Sir Leslie Stephen, Virginia y su hermana Vanessa abandonaron el elegante barrio de Kensington y se trasladaron al bohemio Bloomsbury, que dio nombre al brillante grupo literario formado alrededor de las hermanas Stephen. En este grupo participaron, entre otros, T. S. Eliot, Bertrand Russell, Vita Sackville-West y el escritor Leonard Woolf, con quien se casó Virginia y junto al que dirigió la prestigiosa editorial Hogarth Press.
Desde sus primeras obras Virginia Woolf resaltó su intención de llevar las novelas a algo más que a una mera narración. En sus siguientes trabajos, La señora Dalloway (1925) y Al faro (1927), la autora expresaba los sentimientos interiores de los personajes con técnicas propias, consiguiendo grandes efectos psicológicos por medio de imágenes, metáforas y símbolos. Su técnica se consolidó con Orlando (1931) y Las olas (1931), que le dieron un puesto indiscutible dentro de la mejor literatura universal. Además, Woolf escribió biografías y ensayos tan famosos como Un cuarto propio (1929), un ensayo que aún hoy es inspiración para las nuevas generaciones de mujeres, o Flush, la biografía del perro de la poeta inglesa Elizabeth Barrett.