A ESCONDIDAS

Imagen de cubierta: A ESCONDIDAS
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Libro disponible en la Distribuidora Traficantes de Sueños
Coleccion del libro: 
Idioma: 
Castellano
Número de páginas: 
240
Dimensiones: 210 mm × 130 mm × 0 mm
Fecha de publicación: 
2013
ISBN: 
978-84-96327-99-3
Traductor/a: 
COMENDADOR LÓPEZ, MARÍA LUZ

En esta novela autobiográfica, Sonallah Ibrahim da la voz a un niño de unos diez años que a escondidas observa y escucha desde detrás de las puertas, hurga en los cajones y baja los ojos cuando lo que tiene lugar delante de él lo incomoda. Un niño del que desconocemos su nombre, que vive solo con su padre, un modesto funcionario jubilado que se ocupa de las tareas domésticas: cocina, plancha, lo cuida cuando está enfermo, lo ayuda con los deberes e incluso le escribe las redacciones, pero que no consigue llenar el inmenso vacío dejado por su madre ausente. Continuamente, los hechos más nimios de la vida cotidiana lo retrotraen a años atrás, recordándole los días felices, el paraíso perdido. Escrita en un estilo despojado de toda floritura, de frases cortas y sencillas, de una precisión de entomólogo, nos introduce en la vida de El Cairo del año 1948.

«Me pongo a mirar por la ventana los carteles de las películas. El tranvía se bambolea. Miro delante. Me doy cuenta de que la rodilla del hombre frota la pierna de la mujer. Ella se inclina hacia su compañera. Le cuenta algo al oído. El hombre levanta la rodilla por encima del muslo de ella. Levanto los ojos para verle la cara. Nuestras miradas se cruzan. Vuelvo a mirar hacia la ventana. Hago como que estoy observando la calle. Con el rabillo del ojo la veo inclinarse más hacia su amiga. El hombre casi le ha metido la rodilla entre las nalgas. Levanto la vista para verle la cara. Se queda mirándome fijamente, y yo desvío la mirada. El tranvía se para. La mujer se pone de pie a toda prisa. Se despide de su amiga. Teme mirar al hombre. Se abre paso rápidamente entre los que van de pie. Veo que tiene la cara rojísima. Se dirige a la puerta. Por detrás, el mantón se le ha quedado metido entre los muslos».