En 1982 inició su carrera literaria Isabel Allende ?chilena nacida en Lima y sobrina de Salvador Allende? con la publicación de La casa de los espíritus: el sorprendente éxito de ventas que alcanzó esta primera novela marcó la excepcional acogida de sus obras posteriores, trascendiendo las fronteras del ámbito de la lengua castellana.
Títulos como Eva Luna, Paula, El plan infinito y el reciente Retrato en sepia sitúan a Isabel Allende entre los escritores más vendidos de la actualidad. Con La casa de los espíritus la autora comienza a rescatar la memoria de su país a través de las peripecias, encuentros y desencuentros de diversas sagas familiares.
Aquí recupera la historia de tres generaciones de chilenos desde comienzos del siglo XX hasta la década de los 70. El eje de la saga lo constituye Esteban Trueba, un humilde minero que logra prosperar a base de tenacidad y se convierte en un poderoso terrateniente. Tras su matrimonio frustrado con Rosa, que muere trágicamente envenenada por error, se casa con otra hermana, Clara, una mujer incompetente para las cosas de orden doméstico, pero capaz de interpretar los sueños y de predecir el futuro. La brutalidad de Esteban, hombre lujurioso y de mal carácter, irá minando un matrimonio difícilmente conciliable y los conflictos se extenderán también a sus hijos y nietos.
La novela recorre, con el paso de los años, los cambios sociales e ideológicos del país, sin perder de vista las peripecias personales ?a menudo misteriosas? de la saga familiar.
Entrarán en escena los avances tecnológicos, la mudanza en las costumbres, las «nuevas ideas» socialistas y de emancipación de la mujer, el espiritismo y los fantasmas comunistas, hasta desembocar en el triunfo socialista y el posterior y traumático golpe militar que Isabel Allende conoce de primera mano.
Estas convulsiones afectarán a la familia de Esteban Trueba con distintos matices de dramatismo y violencia. El viejo terrateniente envejece y, con él, una forma de ver el mundo basada en el dominio y el código de honor.
Allende maneja con acierto las claves de la novela histórica, introduciendo el elemento mágico en la trama, con matices propios y más populares, prestando atención a los conflictos emocionales de unos personajes dotados siempre de una vía de escape hacia el sentimentalismo y la pasión. En 1993 Bille August realizó una adaptación cienematográfica de la obra.
