En esta obra, la autora, presenta con rigor científico y con claridad la historia de la tierra castellano-manchega en los años treinta. Esa tierra que es nudo gordiano y clave de todo el proceso de desarrollo económico, social y político de nuestros pueblos.
El libro consta de dos partes. La primera se centra en los años de la Segunda República, 1931-1936, estudiando los antecedentes, los planteamientos jurídicos, el desarrollo de las ideas colectivistas y las luchas campesinas. En la segunda da a conocer una de las experiencias más interesantes que, desde planteamientos revolucionarios, tanto en el aspecto social como en el económico y político, se produjeron en la retaguardia republicana durante la guerra civil: las colectividades en el campo.
Castilla-La Mancha fue una de las zonas en la que esta experiencia de colectivización de la tierra tuvo un desarrollo mayor. La investigación de Natividad Rodrigo a través de las fuentes documentales, de prensa y orales, desbroza el camino abierto en parte por otros historiadores, rompe mitos y plantea problemas que, a través de la investigación que está realizando de la que este libro es un avance, nos presentará en toda su dimensión lo que fueron las colectividades como experiencia de una nueva estructura de la propiedad de la tierra y de una nueva forma de vida. Experiencia que quedó truncada por la situación excepcional de guerra y por la derrota.
Toda la obra nos conduce a los años de la Segunda República, que son años clave en el proceso histórico de España y de todo el mundo. A nuestro juicio, son el periodo de la historia de España que aporta mayores elementos de reflexión histórica. Son años, sobre todo los de 1936 a 1939, en los que la guerra y las transformaciones económicas y socio-políticas atrajeron la atención de todos los pueblos y desempeñaron un papel importante en la dinámica histórica. Esto es cierto, pero no lo comprenderemos en profundidad mientras no se conozca el proceso histórico en cada una de las zonas de España. Hasta ahora tenemos una visión, tal vez una intuición, muy general de lo que aconteció en aquellos años, pero es necesario conocer lo realizado por cada uno de los pueblos de España, porque su historia es la historia de todos sus pueblos. Este es otro aspecto importante del libro que tenemos entre las manos y en este sentido quiero terminar estas palabras de presentación resaltando varios aspectos que considero importantes. Ante todo es una contribución a la historiografía de Castilla-La Mancha y de España, por la investigación que subyace en todas sus páginas, el planteamiento de problemas y el análisis de los años 1931-1939 como un todo histórico, una etapa de transformaciones estructurales fundamentadas en la democracia, última fase de la crisis del Estado abierta en la España de los años veinte. No se queda en la erudición local, sino que acerca la historia a todos los ciudadanos, porque este libro está hecho, como decía más arriba, con amor y entusiasmo, por una mujer que siente -usando palabras de M. Moreno Fraginals- «la alegría infinita de estar aquí en este mundo revuelto y cambiante, peligroso y bello, doloroso y sangriento como un parto, pero como él creador de nueva vida", y por ello está capacitada para hacer historia.
