NUEVA CULTURA DEL APOCALIPSIS

Imagen de cubierta: NUEVA CULTURA DEL APOCALIPSIS
Precio: 31,50€
Sin stock, sujeto a disponibilidad en almacenes.
Editorial: 
Coleccion del libro: 
Idioma: 
Castellano
Número de páginas: 
688
Dimensiones: 215 mm × 140 mm × 0 mm
Fecha de publicación: 
2012
Materia: 
ISBN: 
978-84-7702-726-3
Traductor/a: 
GARCÍA FERNÁNDEZ, SANTIAGO

En 1988 Adam Parfrey edita una insólita y desinhibida
recopilación de textos contraculturales de muy diversa
procedencia e ideología, Cultura del apocalipsis
(Intempestivas nº 5). Animado por el impacto mediático
de la obra, en 1995 prepara una nueva recopilación,
Cult Rapture. Finalmente, en el año 2000, Feral House
publica una última recopilación, Nueva Cultura
del Apocalipsis (Apocalypse Culture II), que hoy ofrecemos a los lectores de nuestro país. En esta Nueva Cultura del Apocalipsis,
el lector, ya sea estudioso o simplemente curioso, encontrará textos
de Adam Parfrey y de otros muchos autores, como el surrealista
Proyecto del Segundo Advenimiento que pretende lograr el retorno
del mesías cristiano valiéndose de la clonación del ADN extraído
de las reliquias de Jesucristo; un artículo del «joven airado» Colin Wilson
sobre el amante caníbal japonés Issei Sagawa; una pormenorizada denuncia de montaje por parte del FBI en el famoso caso de Ted Kaczynski
(«Unabomber»); un extracto de las memorias del destacado conspiranoico James S. Downard, o una selección de cartas de aspirantes a la Iglesia
de Satán de Anton LaVey, así como diversos textos que nos hacen
reflexionar sobre los actuales tabus del nacismo y la pedofilia.
Este libro invade la Zona Prohibida, el país de los dilemas morales.
Se invita a los lectores a contemplar la extraña y a menudo contradictoria información que contiene, y a decidir por sí mismos sobre su valor.
«El editor ?nos recuerda Adam Parfrey en el prefacio de la obra? no apoya los puntos de vista expresados aquí, y mucho menos los entretenimientos a los que se dedican los autores en su tiempo libre, sean ignorantes, odiosos o iluminadores». Valdemar, obviamente, hace suyas estas mismas palabras.