Tánger es una ciudad marroquí que fundaron los fenicios de Sidón hace tres mil cuatrocientos años. Por ella pasaron los púnicos, los romanos y los germanos. Finalmente llegaron los árabes, y muchos siglos después Tánger fue internacional.
Frente a sus miradores se mezclan las aguas del Mediterráneo y del Atlántico. Paisajes, playas, pinares, calles, mercados, cafés, bazares y gentes en perpetuo movimiento. Una ciudad en la que, como dijo el escritor y músico Paul Bowles, causa placer estar en un sitio donde al menos puede tenerse la ilusión de que el individuo importa.
Las veinte posdatas, en forma de pequeños ensayos, tratan de algunos grandes temas y preocupaciones del ser humano. Las religiones, la políticas, las emigraciones, el capitalismo, el islamismo o la globalización. También de la música, la pintura y la arquitectura, como artes creativas del hombre.
