EN MI HAMBRE MANDO YO
Prólogo de Jorge M. Reverte.¿Niño? Diana se preguntó por qué aquella palabra tenía poder para conmoverla tan profundamente. Le ocurría siempre. Cual si dentro de ella, encajada en su sensibilidad, existiera una cuerda especial que respondiera al vocablo dejando tras de sí un eco doloroso.