ARROJADA
Cangrejo Pistolero Ediciones, proyecto capitaneado por Nuria Mezquita y Antonio García Villarán, es una de esas editoriales poco comunes en el panorama actual. De Arrojada, primer poemario de Carmen Camacho (Alcaudete, Jaén, 1976), ha publicado tres ediciones distintas y a la vez: una especial, otra artística, y finalmente la principal (que es la que se encuentra en la librerías), que no tiene nada de normal. Y digo esto porque la edición, cuidada hasta el más mínimo detalle, a dos tintas y con ilustraciones de la pintora Blanca Orozco, en cualquier otra editorial sería considerada como ?edición especial?.
Pero Arrojada no solo vence y convence como objeto de coleccionismo para bibliófilos y bibliómanos: sorprende desde el primer poema la naturalidad y la voz poética tan lograda de Carmen Camacho. Sus versos saben a verdad ?con independencia de que haya o no fingimiento?, hablan de tú a tú, y en ningún momento su discurso suena a forzado o a pose.
Dos recursos muy llamativos del libro, por su eficacia, son el uso de los juegos de palabras ?sin artificio ni pirotecnia gratuita?, y sobre todo el humor y la ironía, devastadores casi siempre, que están presentes en este libro a través de la deformación sistemática de referencias culturales o de fórmulas hechas, la autoparodia y la hipérbole. Y aunque con estos recursos Carmen Camacho nos arranca la sonrisa en no pocas ocasiones y la protagonista poética se muestra segura de sí misma, sus poemas dejan ver en ocasiones a una ?Eva_Underground? ?es el título de uno de los textos? que quiere «olvidarse/ de lo vida que es la vida». La autora sale triunfante y sin un rasguño después hacer equilibrio sobre la complicada cuerda floja que une el humor y el dolor.
No es fácil mantener la misma tensión poética a lo largo de más de cien páginas, y sin embargo la autora no solo lo consigue, sino que los textos de Arrojada asombran por la variedad de temas, tono, perspectiva e incluso de forma. Por decirlo de otra manera: el libro tiene la impagable virtud de ni repetirse ni aburrir. En él encontramos poemas en verso y en prosa, micronarraciones cargadas de poesía, sentencias, aforismos, y hasta un género híbrido, las Definiacciones, como: «El amor es siempre sinónimo./ De otra cosa,/ pero/ siempre/ sinónimo».