PERO NO ISLAS
La poesía contenida en este libro, Pero no islas, como toda la poesía de Matías Escalera Cordero, tan directa como la de Antonio Orihuela, un Quique Falcón, un David González o un Jorge Reichmann, con las que indudablemente se hermana; esconde dentro, y establece, además, una arquitectura audaz e insolente, que proporciona al poema una nueva y sorprendente capacidad para atraer y cautivar al lector, y más, si es amante de la buena poesía; pues conjuga un mensaje objetivo y claro, a pesar de sus meandros, sin extrañas ocultaciones, con un espíritu lírico lleno de color, audaz e insolente, repito, que, si se expresa en formas sintácticas, sin embargo, parece cercano a la pintura, a esa estética postimpresionista, que, como el mejor Picasso, logra simbolizar la realidad, sin abandonar los parámetros objetivos que anclan el mensaje al mundo real.