DE LO LÚDICO Y LO SERIO
La pregunta que nos ocupa aquí no es tanto ¿cuánto margen deja la cultura al juego? sino ¿cuánto tiene de juego la cultura?
La pregunta que nos ocupa aquí no es tanto ¿cuánto margen deja la cultura al juego? sino ¿cuánto tiene de juego la cultura?