Como sugiere Javier Calvo, el yo experiencial que marca el estilo periodístico y literario de Wiener expone sus niveles de intimidad hasta “dejarse atrapar por toda clase de redes de identificación y deseo con sus sujetos”.
"Quizá [la metodología que empleo] es el body paint -una escritura sobre el cuerpo- y la técnica de la sonrisa de Kapuscinski –conseguir primicias gracias a mi enorme simpatía. Hago un poco de periodismo de inmersión y sobre todo periodismo de empatía, que no es más que ponerse en el lugar del otro, involucrarme en sus historias más allá de lo aceptado y lo bien visto. Y a diferencia de las putas, yo sí creo que los periodistas debemos dar besos." Gabriela Wiener