“Dentro de poco la Sareb quebrará y España pagará millones de euros por el préstamo que le dio la UE”

Ter García
Libro reseñado: 
El Salto Diario
24/11/2019

Ha pasado más de una década desde la crisis de 2008, otros tantos desde el rescate bancario, y el estado de la vivienda en España ha cambiado. Grandes fondos de inversión y socimis —sociedades de inversión inmobiliaria con ventajas fiscales— se han convertido en los principales caseros y la ya de por sí escasa oferta de vivienda pública se ha reducido a la mitad. Es parte de un proceso que tuvo como uno de sus principales hitos la creación de la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb). Pero este proceso aún no ha terminado. De los 50.000 millones de euros que recibió la Sareb como préstamo de manos de la Unión Europea aún quedan por devolver 40.000, y el conocido como ‘banco malo’ ya ha vendido la mayor parte del patrimonio que compró a las entidades bancarias quebradas. Entonces ¿dónde está el dinero? Eso es lo que explica Manuel Gabarre en Tocar fondo: la mano invisible detrás de la subida del alquiler (Traficantes de Sueños, 2019), un pequeño libro en el que se dan las claves de esta estafa que ha tenido a la vivienda como objeto de especulación y que anuncia que, más allá de a dónde se hayan ido los euros, los que vamos a pagar de nuevo la cuenta seremos de nuevo los contribuyentes.

Dos años: 2009 y 2012. En el primero se crearon las socimi y en el segundo se reformaron y también se creó la Sareb. ¿Qué relación hay entre las socimi y la Sareb?
Está todo relacionado con el rescate al Estado español por la Unión Europea. Aunque se dijo que no hubo un rescate, sí que lo hubo. De hecho, el Estado firmó un memorándum de entendimiento, que es como un contrato con la Unión Europea, en el que se fijaron las condiciones que han configurado la política española, por ejemplo la reforma laboral, la subida del IVA, la rebaja de impuestos a los propietarios inmobiliarios o la creación de la Sareb. En general, todo iba dirigido a perjudicar a las clases medias y, sobre todo, a las bajas. Por su parte, las exenciones fiscales de las socimi y la creación de la Sareb se hicieron para poner una alfombra roja para que los fondos de inversión, casi todos de capital estadounidense, adquieran el patrimonio inmobiliario de la banca.

Empecemos con las socimi. Es una figura de sociedad de inversión inmobiliaria creada en 2009 por el gobierno de Zapatero, pero sería en 2012, con Rajoy, cuando se convertiría en lo que es ahora.
Las socimi fueron concebidas para que los fondos de inversión internacionales comprasen los bienes inmobiliarios de los bancos quebrados. El Estado y los poderes financieros querían facilitar que los fondos de inversión adquiriesen todo el patrimonio inmobiliario de la banca española, que estaba en una situación ruinosa. Para ello dieron muchas facilidades. Una de las principales es que no pagasen el impuesto de sociedades. Según cuenta Juan Hernández Vigueras en su libro El casino que nos gobierna, quien consiguió este privilegio fue la EPRA — European Public Real Estate Association— tras reunirse con representantes del PP en 2012. La EPRA es una patronal de entidades financieras y de gestión de bienes inmobiliarios cuyo presidente actual es Vonovia, que es el principal tenedor de vivienda en Alemania.

A día de hoy ¿cuáles son las ventajas fiscales o de otro tipo que tiene una socimi frente a cualquier empresa dedicada a la gestión inmobiliaria?, ¿cómo y quién puede crear una socimi?
El principal privilegio que tienen las socimi es que no pagan el impuesto de sociedades. Todas las empresas están obligadas a entregar el 25% de sus beneficios al Estado como pago por este impuesto. Esta exención es la razón de ser de las socimi. De hecho, no se constituyó ninguna socimi con la regulación de 2009, que no contemplaba esta exención, pero tras las reforma de 2012 España se convirtió en el segundo país del mundo con mayor número de socimis. En 2012, la tasa de paro en España superaba el 25%, pero solo se le ha dado este privilegio a un tipo de empresa rentista que no crea ningún empleo. ¿Por qué una editorial o un taller mecánico deben entregar al Estado un cuarto de sus beneficios y una empresa rentista nada? Por otro lado, para crear una socimi basta con tener 5 millones de euros. El 80% del valor de la sociedad debe provenir de inmuebles dedicados al alquiler, ya sean viviendas, oficinas o incluso un hospital. Los propagandistas de las socimis dicen que, si bien es cierto que no pagan impuesto de sociedades, sus socios deben pagar impuestos por los dividendos que reciben. Esto normalmente tampoco es cierto, porque las socimi suelen formar parte de grupos empresariales que utilizan sedes en Luxemburgo y las Islas Caiman para librarse de Hacienda, como es el caso de las socimis de Blackstone. Por otro lado, también pueden pertenecer a una sicav [sociedad de inversión de capital variable], una figura que tampoco tributa en la práctica. Realmente creo que la gente, más allá de su ideología, se debería cuestionar en beneficio de quién se hacen las leyes.  

Y ahora entremos con la Sareb, el llamado ‘banco malo’. Se creó en 2012 y Luis de Guindos, entonces ministro de Economía, aseguró que “no costaría un euro” de dinero público. ¿Hasta qué punto ha sido verdad?
Lo que intentaron es que durante un tiempo pareciera que la Sareb no iba a costar un euro, como dijo Luis de Guindos. Para ocultar la carga que Sareb suponía para el Estado, en 2012 el Estado y los principales bancos españoles crearon una ficción de sociedad privada. En ella, el 45% es del Estado —2.160 millones de euros— y el 55% — 2.640 millones— fueron aportados por las principales entidades financieras, salvo el BBVA que no quiso participar.  Esta entidad, con un capital de 4.800 millones de euros, recibió un préstamo de la Unión Europea por valor de más 50.000 millones de euros. Con estos 50.000 millones fueron comprando los activos inmobiliarios de las entidades que habían quebrado, por ejemplo Bankia o Caixa Catalunya. ¿Qué eran estos activos inmobiliarios? Pues las viviendas que provenían de desahucios o los créditos a los promotores inmobiliarios, que estaban avalados con viviendas o con solares. La finalidad de la Sareb es comprar con estos 50.000 millones de euros todos estos activos inmobiliarios para después venderlos a fondos buitre.

Aquí es donde se casan las socimis con la Sareb.
Exacto. Por este motivo se crearon las socimi, para que fuera más atractivo para los fondos buitre aterrizar en el mercado español. La Sareb estaba diseñada para sufrir pérdidas, de lo contrario no hubiera hecho falta su creación y los activos de la banca se habrían vendido en el mercado. Entonces, ¿dónde está el truco de la Sareb? En que el Estado avaló esta deuda de 50.000 millones de euros. La Sareb se crea para que el Estado español corra con nuevas pérdidas del rescate financiero sin que la gente se percate durante unos años. Todavía no se han materializado estas pérdidas, pero seguramente alcancen decenas de miles de millones de euros. Con el dinero prestado por la UE y avalado por el Estado español, la Sareb compró los bienes inmobiliarios de los bancos que habían quebrado para, a su vez, vendérselos a fondos de inversión o fondos buitres, como, por ejemplo, Blackstone. ¿Qué es lo que se pretendía? Pues aparte de un enriquecimiento de personas y entidades con intereses muy oscuros, lo que se quería era financiar de alguna manera las pérdidas y que los fondos de inversión se hicieran con este patrimonio inmobiliario. Para eso se les da todas las facilidades del mundo, entre ellas no pagar el impuesto de sociedades. También se elimina el derecho de tanteo, lo cual es bastante elocuente. El derecho de tanteo consiste en que, si se vende una vivienda con un inquilino, el inquilino puede comprar esa vivienda igualando el precio que ofreció el comprador. Como el proceso de la Sareb fue tan oscuro, no se quería que los inquilinos pudieran hacerse con los pisos al mismo precio que estaban ofreciendo oficialmente los fondos buitre. Por eso se eliminó de la Ley de Arrendamientos Urbanos el derecho de tanteo cuando la vivienda se compra dentro de un bloque de viviendas.

Entonces, si no se hubiera modificado la ley eliminando el derecho de tanteo, por ejemplo los cientos de familias que viven en viviendas que ahora pertenecen a Blackstone, que ha doblado el alquiler, podrían haber comprado su vivienda al precio que lo hizo el fondo de inversión, casi tres veces menos del precio que se les pide ahora.
Así es. Y muchos procesos no se hubieran llevado a cabo, porque, si analizamos un importante comprador de la Sareb, que es Blackstone, vemos que también está en las compras de la vivienda pública a la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo de Madrid, donde se han constatado graves indicios de corrupción, por decirlo suavemente. ¿Quién nos dice que en las ventas de la Sareb, en las que también ha intervenido el hijo de Aznar, no se han producido irregularidades? Es imposible saberlo porque en todo lo relacionado con la Sareb la opacidad es casi absoluta. Pero si Ana Botella resultó condenada por el Tribunal de Cuentas a pagar 22,7 millones de euros [la condena, de diciembre de 2018, fue revocada en julio de 2019 con los votos a favor de dos consejeros del Tribunal de Cuentas nombrados por Aznar] por haber beneficiado a Blackstone, cada cual puede sacar sus conclusiones sobre que su hijo, José María Aznar Botella, haya sido uno de los consejeros de la empresa a la que se encargó la mayor parte de la  venta de los bienes de la Sareb, el fondo buitre Cerberus.

Y en buena medida, según explicas en tu libro, la gestión de la Sareb corrió a cargo de las entidades bancarias que habían puesto su capital inicial, cobrando y recuperando parte de ese capital.
Recuperaron menos de lo que invirtieron, pero sí una parte importante. Además, estos bancos están vendiendo los bienes de Sareb en un sector en el que son los principales actores. La Sareb se estructuró de manera que la gestionasen los tres principales bancos españoles que habían participado en ella, que son el Banco Sabadell a través de Solvia, la Caixa a través de Servihabitat y el Santander a través de Altamira, aunque ahora estas inmobiliarias están en manos de fondos de inversión. Pero el mayor contrato se le concedió a Haya Real Estate, que es una sociedad del fondo buitre Cerberus. El hijo de Aznar era consejero de Haya y su presidente era uno de los mejores amigos del expresidente, Juan Hoyos Martínez. Estos son a los que se ha encomendado la venta de un patrimonio que en realidad era público. Hay cantidad de intereses cruzados en estos negocios en los que el conflicto de intereses está servido.

Has señalado varias veces la opacidad de la Sareb, ¿no se sabe qué pisos ha comprado y por cuánto, y a qué fondos los ha vendido y por cuánto?
No. Sobre la Sareb se pueden conseguir los datos brutos, por decirlo de alguna manera, y cómo van siendo sus resultados y el volumen de los bienes que ha ido comprando y vendiendo, pero no cuáles son esas viviendas o solares, nunca los identifican. Tienen mucho cuidado en no hacerlo porque, si lo hacen, posiblemente se destaparían escándalos si se vendieron por debajo de los precios de mercado.

Los principales clientes sí están identificados, empezando por Blackstone, el principal.
Muchos fondos buitre, en particular de Estados Unidos, han participado en el festín de la Sareb y del desmantelamiento de las cajas: Blackstone, Hayfin, TPG o también millonarios como el mexicano Carlos Slim. La Sareb ha sido una estafa para la ciudadanía española. El Estado sufragó con 50.000 millones la compra de centenares de miles de viviendas que en muchos casos están en manos de fondos buitre. La Sareb tuvo unas 250.000, según los cálculos que he hecho a partir de los informes de La Caixa. Estos fondos se han dedicado a especular con unas viviendas que debían ser públicas y que han sido vendidas en un proceso totalmente opaco. Si se hubiese mantenido la propiedad pública de estas viviendas para su alquiler social, no se hubiese producido la burbuja del alquiler de los últimos años. Se han producido  subidas del 50% en los últimos años en las principales ciudades españolas. Sin embargo, el Partido Popular y la banca nacional prefirieron regalar el patrimonio inmobiliario a fondos buitre extranjeros, dejando a la ciudadanía expuesta a su codicia.

Pongamos como ejemplo a Merlin Properties, socimi que acaba de entrar como tercer socio en la operación Chamartín y que se ha convertido ya en una de las principales caseras en España. Tras esta socimi están Banco Santander y Blackrock, que a su vez también está como accionista en Banco Santander y de la que dices que es la mayor banca de inversión, gestionando dinero que es seis veces el PIB de España. ¿Cómo funciona BlackRock?
BlackRock lo que hace es gestionar patrimonios ajenos. Opera con absoluta opacidad desde paraísos fiscales y gestiona seis billones de euros. Estos provienen en una importante parte de los fondos de pensiones de Estados Unidos, donde la Seguridad Social tiene una parte pública que cubre un mínimo, pero el resto está privatizado. De ahí viene una gran cantidad de dinero y por eso la banca presiona para privatizar las pensiones en Europa. El plan es incrementar el negocio de este tipo de entidades financieras. Otra buena parte del dinero que manejan proviene del dinero que está escondido en paraísos fiscales, por su origen en actividades criminales o por la evasión de impuestos. Otra parte proviene de los fondos de los países petroleros y también de otros fondos de inversión que la banca comercial ofrece a sus clientes. BlackRock es una banca en la sombra, lo que quiere decir que opera sin ningún tipo de supervisión pública, por lo que procura que sus inversiones parezcan muy seguras, por eso controlan las principales bolsas europeas. Por ejemplo, los dos mayores bancos españoles —el BBVA y el Santander— tienen a BlackRock como su mayor accionista. Esto mismo sirve para Francia o Alemania. Tienen un poder grandísimo porque controlan los mercados, e incluso en las fusiones de compañías puede darse que las dos compañías fusionadas estén controladas con BlackRock y la fusión tenga el objetivo de manipular los mercados para subir los precios, como podría haber ocurrido en la fusión de Bayer y Monsanto, que por cierto, parece que les salió bastante mal.

¿En qué situación está actualmente la Sareb?
La Sareb se creó para tener una duración de 15 años. Han pasado ya siete años desde su creación y ha vendido la mayor parte de su patrimonio. Sin embargo, sigue debiendo 40.000 millones de euros y todos los años arroja pérdidas de miles de millones de euros. De hecho, de acuerdo con la legislación mercantil, estaría en quiebra, pero Luis de Guindos creó una legislación específica para Sareb cuyo fin era que no se tuviese que declarar en quiebra en los mismos supuestos que el resto de sociedades. ¿Qué es lo que va a pasar dentro de un tiempo? Que no van a quedar bienes que vender y que la Unión Europea va a ejecutar el aval que prestó el Estado español, por lo que quien va a pagar finalmente es el Estado español y los contribuyentes.

¿Hay previsiones de para cuando se va a ejecutar este aval?
Lo cierto es que la Sareb es totalmente oscura y eludir los controles administrativos podría haber sido uno de los motivos por los que se constituyó como entidad privada. No sabemos exactamente en qué situación está. Sí que sabemos que cada año arroja pérdidas por valor de miles de millones de euros y que ha vendido ya la mayor parte de su patrimonio. ¿Cuándo se va a producir la quiebra de la Sareb? Pues probablemente en unos pocos años, pero es algo que no está en la agenda política. Cada año hay que devolver una parte del préstamo. La Sareb ha ido devolviendo parte del préstamo con los bienes que fue vendiendo, pero sigue estando en pérdidas todos los años y debiendo 40.000 millones de euros, así que, cuando no le queden bienes que vender, que presumiblemente será dentro de poco, no podrá hacer frente al siguiente plazo y el Estado será de nuevo quien corra con los gastos del desfalco.

Mucho de esto ha sido impuesto por la Unión Europea, que obligó a crear la Sareb, y en cuyas instituciones varias personas procedentes de entidades financieras como Lehman Brothers, causante de la crisis del 2007, o Blackstone han ocupado altos cargos en la última década.
La misma Blackstone fue creada en los años 80 por los directores de Lehman Brothers. Su presidente, Stephen Schwarzman, actuó recientemente como consejero de Trump desde el Foro de Política y Estrategia. Cerberus, al que se ha encargado la gestión de la mayor parte del patrimonio de la Sareb, es un fondo buitre creado por antiguos altos cargos del Partido Republicano estadounidense. En España ha seguido está estrategia contratando a personas relacionados con el Partido Popular. Otros ejemplos serían Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, que era un alto directivo de Goldman Sachs, y José Manuel Durao Barroso, que era el presidente de la Comisión Europea y que ahora es el presidente de Goldman Sachs Internacional. A quienes se tragan el discurso populista de Trump les convendría enterarse de que los cargos que ha nombrado para dirigir la economía son los antiguos directores de Goldman Sachs. Las interconexiones entre la banca de inversión y el poder político son demasiado estrechas.

La banca comercial dirigida a ahorradores y la banca de inversión ya van unidas en España y otros países, pero no siempre fue así.
En Estados Unidos estuvieron separadas desde el crack del 29. Así se evitaba que se hicieran apuestas en los mercados financieros con los ahorros de las personas normales, que lo que buscan es seguridad. Todas estas normativas que separaban la banca de inversión y la banca comercial se fueron eliminando paulatinamente a partir de los 70 y el resultado fue que se apostó con el dinero de los ahorradores y tuvo que intervenir el Estado para salvar sus ahorros. Luego, durante la época de Obama, se intentó crear cierta separación entre la banca de inversión y la banca comercial para que no sucediera lo que sucedió en 2007, pero Trump se ha ido cargando estas regulaciones.

¿En otros países han pasado por procesos parecidos?
Sí, este proceso se está produciendo en casi toda Europa. Pero es particularmente virulento en los países rescatados, como Irlanda o Portugal. Se han creado “bancos malos” en varios países. Aunque se les ha dado este nombre, en realidad no son bancos sino simplemente propietarios de bienes inmobiliarios. Esta política se configuró a través de los Acuerdos de Basilea III, que regulan la gestión del sistema financiero de las economías, digamos, occidentales. En ellos se determinó que antes de 2020 todos los bancos debían alcanzar unas determinadas niveles de solvencia. El motivo es que todos los bancos están conectados y si quiebra un banco de un país por falta de supervisión, esto puede afectar a la banca de otros países. En la práctica, lo que decidieron es que, antes de 2020, todos los bancos españoles o irlandeses debían deshacerse de todo su patrimonio inmobiliario para mejorar su solvencia, y ¿quién iba a ser el comprador? Los únicos que tenían dinero a espuertas en aquel momento: la banca de inversión y los fondos buitre. Tienen una enorme cantidad de dinero proveniente del blanqueamiento de dinero o la elusión fiscal acumulada en paraísos fiscales y han considerado que la vivienda es el mejor sitio para rentabilizarlo. También hay que tener en cuenta que en una sociedad precarizada es muy arriesgado conceder hipotecas, por lo que han apostado por el alquiler. Debido a la desigualdad, la economía no crece de manera solvente, por lo que las inversiones no se dirigen hacia el consumo sino a explotar a la sociedad a través de sus necesidades básicas, como el agua, la energía, o la que trato en el libro, la vivienda. En general, creo que estamos sufriendo una regresión en muchos aspectos que tiene como origen el incremento de la desigualdad.