Teresa González constryte esta historia brindando la oportunidad de mirar como no naturales, las desigualdades entre hombres y mujeres, sino como construcciones culturales e históricas. De esta manera nos ofrece una historia más humana, con sus asperezas y grandezas, con sus luces y sus sombras. El primer reto de hacer visibles a las mujeres en la Historia, empieza por mostrar, describir, relatar, la particularidad de su existencia en un tiempo y lugar determinado. En este sentido, el libro aporta la descripción profunda de la especificidad de las actividades femeninas, la recuperación rigurosa de la memoria histórica y múltiples análisis para aproximarnos a la significación de la experiencia femenina en las Canarias del siglo XX, y lo que es más importante: a partir de las propias voces de sus protagonistas.
El lector verá pasar ante sus ojos las vidas de mujeres a la vez diversas y parecidas, que bien podrían ser nuestras madres, tías o abuelas; mujeres fuertes y laboriosas; omnipresentes y efímeras autoasertivas , esforzadas y solidarias. Mujeres de varias generaciones que no recibieron los beneficios de la modernidad educativa y el confort urbano. Mujeres de poca escuela y de mucha sabiduría cotidiana. Mujeres que contribuyeron con su talento y su energía vital a resistir la pobreza en tiempos de escasez y que alternaron el trabajo doméstico con el empleo mal remunerado y las labores del campo y/o la elaboración de artesanías, como los partos y la vida comunitaria.
