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«Si bien no creo que una planta pueda brotar allí donde semilla no ha habido, sí tengo mucha fe en la semilla. Convénceme de que guardas una semilla y estaré preparado para esperar el milagro».?Henry D. Thoreau
«Si bien no creo que una planta pueda brotar allí donde semilla no ha habido, sí tengo mucha fe en la semilla. Convénceme de que guardas una semilla y estaré preparado para esperar el milagro».?Henry D. Thoreau
Henry David Thoreau nació y murió en Concord (Massachusetts). Entre el 12 de julio de 1817 y el 6 de mayo de 1862, fabricó lapiceros, midió fincas, navegó ríos, mareó caminos, leyó bosques, contó árboles, persiguió semillas, pensó, se buscó, nos escribió. Tuvo en su biblioteca más libros escritos por él mismo que por otros. Apenas publicó en vida, pero nos dejó un legado de cuadernos y cuartillas que aún parece inagotable. Thoreau buscó con ojos de científico y pensó con corazón de poeta. A través de sus textos nos invita a pasear, a contemplar, a pensar, a escribir.