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Regurgitar nace de unas tripas atascadas, embotadas. Las emociones se quedaban ahí esperando ser escuchadas, vomitadas. Al no poder compartirlas con nadie que tuviera oídos capaces de juzgar, decidió sacarlo en forma de escritura. Es un libro sin reglas. Las conoce, las reglas, pero a veces decide no seguirlas. Cada relato tiene su esencia, su lugar. Se agrupan según sus afinidades. También se separan como el que no quiere tocar mierda ajena. Seguidos dela mano de sus autores favoritos: Pizarnik, Kane, Liddell, Lispector, Carver, Bukowski, Palahniuk. Ellos deciden cómo van a ser escritos y descritos. Cada emoción juega un papel. Según el día hay sangre o muerte o vida o ganas o pelea. Se come las mayúsculas por exceso de protagonismo. Ficción y realismo con toques dramáticos. Así empezó la semilla a crecer en un vientre vacío.
